Delegación chilena obtiene dos medallas de plata y dos menciones honrosas en Olimpiadas Latinoamericanas de Astronomía y Astronáutica 2025

Los cuatro estudiantes  que representaron la bandera chilena destacaron en una instancia que reafirma el compromiso del país con la formación de nuevas generaciones de científicos y científicas.

La astronomía chilena volvió a brillar en el escenario internacional; una delegación de cuatro estudiantes representó a nuestro país en las Olimpiadas Latinoamericanas de Astronomía y Astronáutica (OLAA), realizadas recientemente en Brasil, obteniendo dos medallas de plata y dos menciones honrosas.

El apoyo de la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS) y del comité organizador fue fundamental para este logro. Cada año, este comité —liderado por integrantes de la directiva de SOCHIAS y conformado por astrónomos profesionales y aficionados, profesores y exolímpicos— se encarga de organizar, preparar y acompañar a los estudiantes de todo Chile en este desafío. Una instancia que no solo pone a prueba conocimientos, sino que también busca inspirar vocaciones científicas y fomentar redes de colaboración entre jóvenes de diversos países.

Andrea Mejías, primera vicepresidenta de SOCHIAS, mencionó que “estas Olimpiadas fueron una tremenda experiencia para nuestros olímpicos, que se estuvieron preparando durante casi un año”. Estas instancias se convierten en un verdadero espacio de crecimiento personal y colectivo, marcado por el compañerismo, el intercambio cultural y la construcción de redes que trascienden lo académico”.

Andrea agregó que el trabajo no termina con este viaje: “seguimos formando a nuevas generaciones de olímpicos y olímpicas que buscarán representar a Chile en las próximas ediciones. Asimismo, es motivo de gran orgullo anunciar que en 2028 nuestro país será sede de las Olimpiadas Latinoamericanas de Astronomía y Astronáutica, una oportunidad para que toda Latinoamérica comparta y se proyecte desde la capital mundial de la astronomía”.

En esta misma línea, Benjamín Ceballo -olímpico en 2021 y 2022, actual miembro del equipo de preparación para las olimpiadas (PPOAACh), integrante del comité organizador y observador en la delegación 2025- destacó la importancia del proceso formativo “las Olimpiadas de Astronomía y Astronáutica en Chile, tanto en su etapa regional como nacional, no solo preparan a los estudiantes para competir, sino que también les entregan cursos, talleres prácticos y espacios de encuentro con astrónomos y astrónomas del país. Muchos vuelven después como exolímpicos, aportando con clases y difusión, lo que fortalece la comunidad y permite que el programa crezca año a año”.

Sobre el impacto que esta experiencia puede tener en los estudiantes, mencionó que “cada edición busca incluir más participantes e incidir con mayor fuerza en su trayectoria educativa. La idea es que esta experiencia deje huella, no solo en lo académico, sino también en su desarrollo como personas y en sus futuros caminos profesionales”.

Desde la mirada internacional, Rodrigo Navas —miembro del comité organizador de las olimpiadas chilenas y co-líder de la delegación chilena en la  OLAA 2025— recalcó que “más que una competencia, estas Olimpiadas fueron un evento integrador e inclusivo, que cruzó amistades entre estudiantes chilenos y jóvenes de diversos contextos sociales y geográficos. Las exigentes pruebas académicas no solo miden los conocimientos individuales en astronomía, sino también la capacidad de liderar, colaborar y trabajar en equipo. En una semana, los estudiantes crecieron no solo como futuros científicos, sino también como personas”.

“Fue una experiencia maravillosa, que me ha tocado vivir muy de cerca, y que deja como próximo gran desafío recuperar la presencialidad de la ONAA, para que cada vez más jóvenes puedan vivir de manera completa este proceso”, agregó Rodrigo. 

De esta forma, SOCHIAS reafirma su rol como puente entre la astronomía de frontera y la educación formal, acercando la ciencia a niñas, niños y jóvenes en todo Chile.

Estudiantes destacados

Rocío Mardones del Colegio Montessori de Talca, comentó que “para mí fue una experiencia única, tuve el privilegio de representar a mi país en un evento astronómico a nivel latinoamericano. Más que lo académico, me marcó el compañerismo y el respeto entre delegaciones. La astronomía nos demuestra lo pequeños que somos y lo mucho que podemos lograr. Me gustaría hacer un llamado a que en Chile se potencie más la astronomía, que se conozca y se divulgue. Somos la capital mundial de esta ciencia, tenemos cielos despejados y observatorios de nivel mundial, pero en los colegios aún se enseña poco. La curiosidad por el espacio debe crecer, porque es inmenso y lleno de posibilidades”.

La estudiante Rina Muñoz del Colegio Monte de Asís de Puente Alto, también destacó el apoyo entre delegaciones. “Aunque era una competencia, se sentía un ambiente de amistad, de intercambio cultural y de colaboración. Cada día compartíamos conocimientos, intereses y preocupaciones en un espacio cómodo y de comunidad. La experiencia marcó un antes y un después en mi vida. Fue un desafío académico, pero también una oportunidad de crecer como persona. Más que una competencia, para mí es un espacio para compartir y entender que la astronomía también se vive desde lo comunitario y lo humano”, dijo. 

Vicente Olguín del Instituto Nacional, ha participado en varias versiones de las Olimpiadas Latinoamericanas: “Asistí en 2022, 2023 y 2025. Lo que más me impresionó fueron las pruebas observacionales, como manipular telescopios y ubicar estrellas con cartas celestes, algo que nunca habría hecho en otro contexto. A quienes estén pensando en participar, les diría que se atrevan. No solo es un desafío académico en matemáticas o física, también es una experiencia que te transforma como persona. Conoces gente, compartes con otros países y vuelves distinto. Más allá de la competencia, te das cuenta de que todos somos parte de una misma comunidad latinoamericana”.

En tanto, Raimundo Acuña, del Instituto Rafael Ariztia, Marista de Quillota, explicó que “la experiencia es inolvidable, es una odisea a través de la cultura latinoamericana y los conocimientos en el comportamiento de las galaxias, es más que una oportunidad, es el fruto de esfuerzo, de estudiar hasta tarde, no somos afortunados, somos tremendamente esforzados y estudiosos, todos los de la OLAA, y así como nosotros pudimos, cualquiera podrá con la pasión y garra suficiente. El intercambio cultural y el hecho de visitar un país representando a tu nación es un sentimiento indescriptible, llevar la bandera a tu espalda es una carga que te levanta, te enorgullece y saca lo mejor de ti”. 

La participación de Chile en estas Olimpiadas da cuenta del potencial de los jóvenes en el ámbito científico y del compromiso de instituciones como SOCHIAS en acompañar su desarrollo. Con miras a las próximas ediciones de la OLAA, en 2026 y 2027, se continuará fortaleciendo el trabajo de formación y preparación de nuevos talentos. De manera especial, el horizonte está puesto en la OLAA 2028, que se desarrollará en Chile, instancia que representará un hito para la comunidad astronómica nacional y una ocasión para consolidar el liderazgo del país en la región.

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